lunes, 16 de noviembre de 2009

Cambiando a Mac (II)

Como les contaba en la entrada anterior, el pase en materia de software no registra inconvenientes, más allá de la necesidad de adaptarse a una interfaz diferente y el problema de "no sé donde está tal cosa", que quizá es más notable aún en materia de sistema operativo que en las aplicaciones.
En lo que hace a los "fierros" (hardware), si bien existen las Hackinstosh (o sea, clones de Mac), su armado requiere tiempo y tiene cuestiones de compatibilidad sólo tolerables para quien no está normalmente sujeto a deadlines y plazos "perentorios".
Así, el único camino razonable para una Mac Experience es mediante una Mac "original", en cualquiera de sus variantes (más sobre esto en una próxima entrada).
Pero luego de esa restricción, las Mac se pueden integrar sin problemas en redes Windows, lo que facilita cualquier idea de cambio. En materia de periféricos, diría que todo que lo funcione por USB es directamente compatible (pen drives, unidades externas, teclados y ratones) -más allá de en algunos casos  tener que descargar drivers como ocurre para algunas impresoras-, pero:
a. La habilidad de Mac OSX para escribir en discos Windows (NTFS), requiere instalar un sencillo software para ello (por ejemplo Paragon); y
b. Como los teclados tienen teclas particulares a Mac, es conveniente tener uno no genérico de Windows (Logitech tiene varios modelos diseñados para Mac, a mejores precios que los que vende Apple). El funcionamiento del mouse, se puede adaptar por software de Mac OSX para que actúe como el de Windows.
En síntesis, tampoco hay en hardware una limitación para el cambio. En la próxima entrada, hablaré del tema más complejo para evaluar un cambio: precios de equipos.



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