Cansado del pésimo servicio de Personal (cortes permanentes de llamadas, navegación con "cuelgues", etc.), resolví en junio volver a Movistar, y de paso probar algo diferente en
smartphone.
Ya en
otras entradas me referí a los dispositivos móviles y el uso por abogados, tema que ahora vuelve luego de 45 días de uso del iPhone 3G que tomó el lugar del Samsung Omnia i900 que no conseguí por problemas de stock.
Como usuario desde 2006 de Blackberry, siempre destaqué el excelente funcionamiento del mail en esos dispositivos, y los problemas de no tener tecnología
push en otros dispositivos.
Las versiones actuales del iPhone superan ese inconveniente, y dan una buena performance en este tema, que sólo se empaña, y no mucho, por la falta
multitasking del iPhone, y eso de tener que ir al menu y comenzar cualquier aplicación que se quiera usar.
Pero la gran diferencia entre la
BB Bold que venía usando y el iPhone se da por la cantidad de cosas que se pueden hacer con el iPhone en virtud de la siempre creciente variedad de aplicaciones del
App Store. Es cierto que muchas de esas son completamente inútiles, no sólo para el profesional sino para casi cualquiera, pero hay (como veré en entradas posteriores) usos muy interesantes para el abogado.
Otro punto a favor del iPhone es la naturalidad con la que se puede navegar por Internet con la versión móvil de Safari, y la amplitud de la pantalla que duplica -pixel más o menos- a las Blackberrys (salvo el modelo
Storm, todavía no difundido en la Argentina).
Sin dudas el peor punto del iPhone para muchos, me incluyo, es la necesidad de escribir con el teclado touch, experiencia complicada que mejora con el tiempo, pero nunca alcanza la comodidad de los teclados qwerty físicos.
En cuanto a precio, las terminales siempre tienen subsidio y varían constantemente, el iPhone a mí me costó $ 1200, con un contrato de 18 meses para internet full a $ 130. Blackberry ofrece abonos más baratos, por lo que aquí la clave es el uso que se le vaya a dar al dispositivo.
Para quienes no quieren más que el mail portátil, y la navegación es secundaria y no tienen interés por usar aplicaciones ofrecidas por el iPhone, Blackberry continúa siendo la mejor opción.
Pero para quienes buscan otras funciones, una navegación más fluida y rápida, asií como una experiencia más parecida a una notebook en miniatura, el iPhone cubrirá sobradamente esas expectativas (y más, si tienen la posibilidad de un
upgrade a el
3GS).